29.11.08

La inspiración es un valor añadido, por lo que debemos inspirar a las personas para que den lo mejor de sí mismas. La relación laboral con los trabajadores debe superar el esquema de obediencia, diligencia e intelecto. Según Hamel, “estos tres elementos son bienes globales que podemos comprar en Bangalore, debemos obtener más de las personas a partir de la iniciativa, la creatividad y la pasión porque sólo así lograremos anticiparnos, originalidad y gusto por el trabajo. Estos son los elementos que verdaderamente suponen un valor añadido”.
Frente a este diagnóstico, el experto en management planteó el reto de “introducir en la gestión este enfoque, porque las empresas deben merecerse los méritos de estas personas creando un nuevo management”. Este modelo, en su opinión, busca crear complicidades con todos los profesionales para convertir a los empleados en seguidores de una idea inspiradora, un objetivo que para Hamel es “imperativo moral y comercial”.

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