Ya hemos visto que en el nuevo paradigma de la sociedad de la información el valor de cada marca depende de su capacidad para proporcionar, a través de la interacción con el consumidor, experiencias que generen un "engagement" lo suficientemente fuerte como para que sienta la marca como suya y así lo comunique.
Por tanto nuestro objetivo será diseñar experiencias de marca que despierten emociones capaces de almacenar sentimientos suficientemente inentensos y positivos como para llegar a "enganchar" al consumidor. Por ello, a la hora de planificar nuestras estrategias de marca online es fundamental diferenciar los siguientes términos para poder predecir el comportamiento del consumidor frente a nuestra campaña de comunicación interactiva:
EMOCIÓN:
- Provocada por un estímulo externo.
- Percepción inconsciente.
- Acción refleja. Reacción automatica sin una percepción consciente de lo que sucede.
SENTIMIENTO:
- Elaborado desde nuestro almacén de recuerdos y relaciones.
- Percepción consciente.
- Tras el estímulo externo experimentamos sensaciones de nuestro cuerpo. Ej: sensación de miedo detectada por la aceleración del pulso, sudor... Esta información es procesada.
Los sentimientos y las emociones implican canales distintos.
Al principio de cada EXPERIENCIA prestamos atención a cada detalle, a cada estímulo. Pero al dominarla, una vez aprendida ya no existe más atención: el inconsciente acaba haciéndose cargo de todo.
Cuando se recíbe un estímulo se evoca y recupera un recuerdo que es el sentimiento inicialmente generado con ese mismo estímulo.